martes, 19 de agosto de 2008
"The Crucible of Man" ya destroza oídos
Fue para pura broma, cuando luego de haber bajado buenos temas de la banda country Soggy Bottom Boys, jugué con mis esperanzas y paciencia, y escribí en los espacios de búsqueda del Ares, el nombre del disco "The Crucible of Man", y tras tres segundos de nada (que los esperaba), apareció un chorizo de temas cuyos títulos desconocía.
Mis ojos releían los títulos, hasta toparse con dos que me sacaron temporalmente de la emoción: "I Walk Alone", y "Something Wicked (part 3)".
Es que el primero de los dos, había salido en el single "I Walk Among You", que me había matado la cabeza durante unas semanas. Y el otro, marcaba que la trilogía continuaba.
El nuevo disco de Iced, estaba anunciado para septiembre, y cuando vi que ya estaba a mi disposición, me volví loco.
A esa hora, estaba a punto de salir del trabajo, y me disponía a quedarme hasta tarde hasta que bajaran todos los tracks. Pero, el tiempo no me dio más que para bajar la introducción del disco. El track se llama "In Sacred Flames", y es la clásica intro en donde da pie a un monstruoso tema que da comienzo al disco. El amague fue peor que haber esperado todo un día, para poder disfrutar del disco.
El Disco
¿Qué puedo decir acerca del nuevo hijo musical de esta banda? No sé por dónde empezar...
Debo decir, que lo primero que noté es que me da gusto escuchar una mezcla nueva en Iced. Es como que tras irse Matt, luego de grabar las voces en "Tribute to the Gods" (2002), la banda adquirió un sonido y un estilo más marcado de lo que ya hacían: un metal duro, en algunos momentos con melodías angelicales, y esa característica apocalíptica y eclesciástica que la identificó durante sus últimos discos. Pero me había acostumbrado a sentir esos sonidos nuevos, con la voz de The Ripper (Tim Owens), que lo reemplazó hasta el 2007, luego de grabar la voz en "Framing Armageddon".
Entonces, en "The Crucible of Man", se mezcla ese nuevo estilo de coros, como letanías, en un sonido de banda sonora de película del fin del mundo, con la voz renovada y más profesional de Matt Barlow.
Es simplemente estruendoso. De los discos que no podrías poner de fondo en un viaje familiar.
Los riffs son más jugados, llegan a marcar cabalgatas, que Brent sabe acompañar con su batería. Y el nuevo bajista, Freddie Vidales, se destaca poco. Troy Seele, el guitarrista que acompaña a Jon Schaffer, hace sus rellenos con buena calidad.
Sin embargo, lo que se destaca abruptamente en este disco, son dos cosas: la calidad de batería de Brent y las teclas. Todos los sonidos típicos de estudio. Las teclas, te llevan a los lugares que los muchachos de Iced quieren que vayas.
Resumo diciendo, que el disco es lo que esperaba y al mismo tiempo, me sorprendió.
Sentí una emoción que no vivía desde que en 2000, La Renga sacó "La Esquina del Infinito". Pocas veces, uno puede decir que se siente tremendamente emocionado por el lanzamiento de un disco de una banda que no conoce casi nadie.
Es un sentimiento que tendré que acostumbrarme a sobrellevarlo solo. Iced es una banda vírgen para los oídos de mis compatriotas metaleros que me rodean en mi contexto diario de vida.
Seguiré, por mi parte, escuchando a todo volúmen los discos de Iced, mientras camino hacia mi trabajo, o espero en la cola de un banco, a medida que la música me copa y finjo tocar un instrumento, acción que conlleva a que la gente me vea como un bicho raro.
Iced, "The Crucible of Man", tiene de mi parte, un PULGAR ARRIBA.
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